sábado, 1 de diciembre de 2012

El IVA hará estragos, y no pocos

Román, en una clase práctica en la Venta del Saler.

A nadie se le escapa que la Fiesta de los Toros es, como su propio nombre indica, una fiesta; un espectáculo que ningún buen aficionado quiere perderse. Pero visto lo visto, por mucha afición que se tenga, más de uno y más de una tendrá que postergar esa actividad de ocio y dar prioridad a necesidades más básicas. 
Para algunos, mejo dicho, para muchos, ya supuso una odisea sacarse el abono en 2012, pero después del anuncio de que el IVA subirá hasta el 21 por ciento, comprar el abono de 2013 más que una odisea, será una utopía. Nos encontraremos dos situaciones: O que en el último momento los aficionados decidan gastarse semejante potosí y privarse de otras cosas, o resignarse a ver los toros por el Plus en el mejor de los casos. Aunque claro, la cuota del Plus también ha subido.
Sin embargo, hay más aspectos que se verán perjudicados como puede ser la celebración de novilladas. Tampoco vamos a maquillar la realidad, pues el gran público no se saca una entrada para ir a una novillada, sino para disfrutar de una corrida de toros. Cuando el que pase por taquilla tenga que sopesar entre qué festejo ver, lo más probable es que se decida por un festejo mayor, quedando las novilladas en una clara "desventaja". 
Por otro lado, puede haber algún que otro milagro, que seguro que se produce: Algún aficionado que valore a los chavales que empiezan, su esfuerzo, su honestidad y su poca malicia a la hora de dar lo mejor de sí mismos; cosa que, sintiéndolo mucho, no ocurre en algunas tardes con carteles estelares formados por diestros con una reputación muy bien ganada, pero a los que en más de una ocasión no vemos poner toda la carne en el asador. 
Por este motivo me gustaría recordar la importancia de las novilladas como germen del futuro del toreo e incidir en el desastre que supone el incremento del IVA en cuanto al futuro de la afición, esos que pasan por taquilla y que, a lo mejor, dejan de pasar.

Texto: Estefanía G. Asensi.
Foto: Concha Llopis.

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